Misa Funeral
La Eucaristía celebrada en sufragio por el alma de un cristiano y persona querida, su funeral, es una celebración muy importante en la vida de la Iglesia, de afirmar nuestra fe y esperanza en la Resurrección del Señor.
Los funerales se celebran preferentemente los lunes y los viernes a las 20 h., y se pueden concertar en el despacho parroquial. Para cualquier otra duda, dirigirse al Párroco o a alguno de los sacerdotes.
Más que un homenaje o panegírico es sobre todo un acto de fe, oración y comunión: de acción de gracias por su vida, de petición de perdón por los pecados y su paso al descanso del Cielo, de súplica de consuelo y fortaleza por sus familiares y amigos que continúan su peregrinar en esta vida, de afirmar nuestro lazos de amor y unidad entre el cielo y la tierra en la Comunión de los Santos que hace posible Cristo resucitado en la Santa Misa.
Algunas indicaciones:
1.- Los familiares directos del difunto por quien se celebra la Eucaristía tendrán derecho a ocupar los dos primeros bancos de cada fila de asientos del templo parroquial. Procurarán ocupar estos lugares unos minutos antes de comenzar la celebración.
2.- Guardaremos todos la debida compostura, el silencio y el respeto en el interior del templo. No olvidaremos apagar los móviles ya antes de entrar.
3.- La hora de la celebración no se podrá retrasar sobre la marcha, salvo causa grave.
4.- Se invita a los familiares y amigos a participar activamente en la celebración, pudiendo, si lo desean, leer las lecturas de la misa y/o las peticiones. Podrán preparar la celebración con el sacerdote unos días antes. No está permitido por el Derecho de la Iglesia hacer intervenciones orales o lecturas ajenas a la liturgia en la misma celebración.
5.- Para conservar el silencio y el clima de oración también al término de la celebración, se pide encarecidamente a los familiares del difunto que reciban el pésame de los asistentes en el atrio de la Iglesia.