Los nuevos obispos auxiliares eran licenciados en estudios “civiles” cuando ingresaron en el seminario. Llegaron con una vocación religiosa muy marcada, descubierta no en una especie de burbuja, sino viviendo «como jóvenes normales en el mundo», en palabras de Jesús Vidal, que se convertirá el 17 de febrero en el benjamín del episcopado español.
Los tres nuevos auxiliares de Madrid tienen un marcado perfil pastoral y han desarrollado diversas responsabilidades en distintas realidades de la Iglesia, como Cáritas, Manos Unidas, la Acción Católica o Hermandades del Trabajo. Como rasgo central de su próximo ministerio, los tres coinciden en destacar la cercanía a la gente y el acompañamiento «cuerpo a cuerpo» a las comunidades cristianas, de algún modo a imagen de su arzobispo, el cardenal Osoro, a quien el Papa apodó «el peregrino» por sus continuas visitas pastorales.