Nadie le paga, y aunque seguramente se divierte y comenzó como un juego, lo que hace es muy importante. Ni paredes firmes ni puertas pidió; apenas pizarrones y unas mesas armadas con hormigón y madera para que los chicos puedan ir a hacer sus tareas, a reforzar conocimiento, a escapar de la calle, a aprender más cosas y no repetir de grado, y también a jugar entre ellos en los recreos y tomar algo calentito.
En el fondo de la casa de su abuela Ramona en el humildísimo barrio Las Piedritas, en Pocito, San Juan, Nicanor fundó su primer colegio, armado con cañas, nailon y poco más. Se llama Escuela Patria Unida.
En cartulina escrita a mano se lee una proclama, de esas que seguramente marcan el espíritu de esta sencilla (por qué no llamarla así) institución: “Los niños tienen derecho a tener una familia”.
Esa suerte de lema propuesto por niños para niños, reviste nulas paredes que son reemplazadas por lonas divisorias para ordenar a los grados en tres salas distintas, que a su vez son ocupadas en distintos turnos, dando lugar también a los que van al colegio por la tarde.
La escuelita abre en tres turnos: de 14h. a 16h., de 16h. a 18h., y de 18h. a 20h. Son 34 los niños de entre 4 y 14 años que asisten a alguno de ellos.
En esta escuela de niños para niños se canta el himno nacional argentino, y se honra a la Patria, tanto izando la bandera como celebrando actos, que incluye simulaciones de votaciones cuando hay elecciones.
El canal 8 de San Juan recorrió el humilde “colegio” fundado por Nicanor. En declaraciones a ese canal contó que lo hizo porque “vio a niños en la calle jugando”. “(A mi abuela) Le dije, abuela que iba a hacer una escuela con otros primos y así empezamos”, explicó sencillamente, aunque “orgulloso”, como reconoció sentirse.
Los testimonios de los niños que asisten, que dicen que pudieron pasar de grado gracias a la ayuda de este colegio fundado por niños, conmovieron a miles en redes sociales.
Incluso el ministerio de Educación de la Nación desde su cuenta de Facebook replicó la historia y escribió: “Nicanor tiene 12 años y con la ayuda de su abuela Ramona, construyó una escuela en el patio de su casa, en San Juan, para que sus amigos no estén en la calle. ¡Felicitaciones!”
Conmueve el caso de Nicanor, aunque tanto como conmueve indigna el que para sacar a los niños de la calle y ayudarlos a superar los desafíos del colegio, no tengan más que un sencillísimo refugio emprendido por uno de ellos.