El camino de las personas sin hogar es largo y está lleno de obstáculos que superar. Tras de sí dejan muchas huellas de soledad e incomprensión, cargan historias de vida rotas, llenas de dolor y desesperanza. Enfrentan numerosas dificultades para acceder a una vivienda, a un empleo o, simplemente, para salir de la invisibilidad a la que como sociedad les relegamos habitualmente.