Una niña británica de solo nueve años ha necesitado rehabilitación, porque en el arco de pocos meses había desarrollado una preocupante dependencia del conocido videojuego Fortnite. “No teníamos idea, cuando le habíamos permitido jugar, de una naturaleza que genera dependencia o del impacto que podía tener sobre la salud mental”, declaraba la mamá al Sunday People, la edición dominical del cotidiano The Mirror.
El relato de la mamá es inquietante. La pequeña estaba cada vez más cansada, hasta el punto de que las autoridades escolares convocaron a sus padres para preguntar “si todo iba bien”. De hecho, la niña se había dormido dos veces en el aula, y sus notas bajaban cada vez más. Cuando los padres pidieron explicaciones a su hija, “se volvió extrañamente hostil y agresiva”.
Una niña inglesa de 9 años, en el hospital por adicción al videojuego Fortnite
Empezaron a sospechar, también por el hecho de que la niña empezaba a usar a escondidas la tarjeta de crédito de la familia, y finalmente descubrieron que su hija se levantaba de noche para estar a veces incluso hasta las 5 de la mañana ante la Xbox, e incluso se orinaba encima porque no lograba despegarse de la pantalla.
El fenómeno Fortnite
El videojuego, desarrollado por la sociedad estadounidense Epic Games es popularísimo. En el primer año después de su lanzamiento, que tuvo lugar en julio de 2017, alcanzó la cota de 125 millones de jugadores y se calcula que cada mes hay activos más de 40 millones.
En el formato más popular de Fortnite, que se llama Batalla real o Battle Royale, 100 jugadores se lanzan a una isla y luchan por la supervivencia, solos o en equipo, hasta el clásico last man standing, es decir, hasta que quede el último hombre.
El juego está tan difundido que la sociedad Epic Games ha anunciado que organizará a partir de otoño próximo un verdadero y auténtico campeonato mundial, la Fortnite World Cup, con un premio de vértigo: unos 100 millones de dólares.
Jugadores excelentes
Lo que empuja el fenómeno Fortnite, disponible para Xbox One, PlayStation 4, para computadora Windows y Mac, e incluso para el iPhone, son también estrellas del mundo del espectáculo, como el rapero canadiense Drake, y en particular del deporte. Jugadores de la NBA (la principal liga profesional de baloncesto de EE.UU.), como Terrence Ross, de los Orlando Magic, han sido embrujado por el juego.
“Los jugadores activos devoran Fortnite en los días de descanso (para relajarse), en los días de campeonato (aunque solo sea una hora más o menos), después de un buen partido (para festejar) o después de un mal partido (para despejar la mente)”, como observa casi con ironía Leo Sepkowitz en el sitio Bleacher Report.
El juego es también muy popular entre los futbolistas, entre ellos el atacante del Tottenham y de la nacional inglesa Harry Kane, el sueco del Los Angeles Galaxy, Zlatan Ibrahimović, y la estrella del Atlético de Madrid y de la nacional francesa, Antoine Griezmann. Este último celebra sus goles precisamente “a la Fortnite”: hace un bailecito inspirado en el conocido videojuego.
Precisamente, este fenómeno preocupa a Steve Pope. “Ver a jugadores de la Premier League (la primera división inglesa, ndr) que celebran el gol con los bailes Fortnite, y es la mayor publicidad posible para los niños”, teme el terapeuta contactado por los padres de la niña inglesa. “Es la puerta de entrada perfecta a la dependencia y a los juegos de azar”, declara Pope.
¿Por qué Fortnite es tan atractivo?
Son varios los elementos que hacen al videojuego Fortnite tan atrayente y por tanto peligroso.
“Fortnite parece llenar un vacío en la actual oferta de videojuegos”, sostiene Emily Gifford, psicóloga clínica en Westchester, en el Estado norteamericano de Nueva York. “Parece ofrecer un camino de en medio, donde los padres se sienten quizás más a gusto permitiendo a los niños que jueguen”, explica Gifford, citada por LiveScience. De hecho, aunque sea un juego de acción, en Fortnite no hay sangre.
Otro elemento que explica por qué Fortnite atrae tanto a jóvenes y adultos jóvenes es el hecho de que las partidas son relativamente breves. Un juego dura normalmente menos de 20-25 minutos. Por tanto, cuando has estado cerca de la victoria, es altamente probable que hagas un nuevo intento, un poco como las slot machine en los casinos, observa en el mismo reportaje el psicólogo infantil Randy Kulman.
Por este motivo es importante poner límites a los jóvenes jugadores, expresa también en LiveScience el doctor Leonard Sax, médico de familia y psicólogo en Exton, en el Estado de Pennsylvania, y autor de los libros Boys Adrift y The Collapse of Parenting. Según el doctor Sax, para evitar un impacto negativo en el desempeño escolar y en las relaciones con el mundo real alrededor, los jóvenes en edad escolar no deberían jugar con los videojuegos más de seis horas a la semana.
Se equivocan, según Sax, esos padres que piensan que a través de los videojuegos de equipo como Fortnite sus hijos aprenden a colaborar con los demás. La verdadera colaboración en el mundo real, recuerda el director clínico del South County Child and Family Consultants en Wakefield, Rhode Island, requiere escucha, contacto visual y capacidad de comprender lo que quieren decir los demás, para después trabajar juntos de manera creativa. En cambio, en Fortnite el único objetivo de la colaboración es derrotar al otro, y “matar a gente no es en realidad una habilidad social”.
Justo el hecho de que Fortnite se puede jugar también en equipo aumenta la peligrosidad de este videojuego, dirigido a niños o jóvenes de 12 años en adelante. “Si acabas de empezar un juego, es difícil para los padres pedir a los hijos que defrauden a sus amigos”, explica el doctor Mark Griffiths, profesor de Comportamientos Adictivos en la Nottingham Trent University, al diario The Sun. También Elizabeth O’Shea, consultora de padres, encuentra en la que llama la Peer pressure (es decir, presión entre iguales o coetáneos) un peligro.
Son también importantes las imágenes brillantes y muy juveniles. Para la O’Shea, “videojuegos como Fortnite están proyectados para crear dependencia: dan a los niños un efecto de dopamina, conocida también como ‘hormona de la recompensa’”, es decir, la misma molécula que entra en acción en caso de ganar en los juegos de azar, cuando fumamos un cigarrillo o consumimos cocaína.
La experta advierte que puede darse el síndrome de abstinencia, y que jugar a Fortnite puede cambiar incluso la personalidad de un niño al que se le permite jugar durante periodos ilimitados de tiempo.
Se trata de un elemento que no puede ignorarse. De una nueva investigación realizada por la California State University se desprende que el cerebro de los niños es “flexible”. “Algunas partes del cerebro se desarrollan hasta los 17 años, otras no se desarrollan completamente sino hasta los 25 años”, explica al Sun el profesor Ofir Turel, que ha dirigido el estudio.
Algunas trampas
Aunque al principio es gratuito, Fortnite puede llegar a ser costoso. Los jugadores pueden ir haciendo pequeñas compras para personalizar su avatar, para comprar nuevas armas u obtener un Battle Pass, recuerda el Sun. La niña de la que hablábamos estaba gastando con la tarjeta de crédito familiar más de 50 libras esterlinas (66 dólares) al mes para mejorar su juego.
Para la sociedad que ha lanzado el videojuego, se trata de un business más que lucrativo. En sólo un mes, el de abril de 2018, Epic Games ganó unos 296 millones de dólares, un fuerte aumento respecto al mes de marzo, cuando eran 223 millones de dólares, según revela el sitio SuperData.
Finalmente, Fortnite puede transformarse en una plataforma donde los niños o jóvenes son molestados por pedófilos. Lanzó la alarma el pasado mes de abril la National Crime Agency, escribe el Telegraph.
Se trata de un peligro concreto, como demuestra el caso relatado al Liverpool Echo por la madre de un chico de 12 años. Sorprendiendo la conversación por chat de su hijo con otro usuario, la mujer se dio cuenta de que el chico estaba hablando con un pedófilo, que le pedía fotos desnudo, e intentaba quedar con él. Después de una breve discusión con el hombre, la mujer pidió al niño que saliera del juego y llamó a la policía.
Mientras algunas escuelas británicas han advertido a los padres de los riesgos que comporta Fortnite y algunas mujeres han lanzado incluso una petición online pidiendo la prohibición del videojuego, porque “hace lavado de cerebro” a sus parejas, la Organización Mundial de la Salud(OMS) ha decidido incluir la dependencia de los videojuegos o gaming disorder en la Clasificación Internacional de las Enfermedades (International Classification of Diseases, LCD). A raíz de la decisión de la OMS, el Servicio Sanitario Nacional británico (National Health Service, NHS) ha anunciado que se hará cargo de los niños que caigan víctimas de la dependencia al videojuego.
Fuente: Aleteia