Adviento: Escuela de María. 1 de diciembre

El Adviento  es un tiempo para aprender a amar, para confrontarnos con nuestra realidad de hijos amados de Dios. El amor es una fuerza extraordinaria, que mueve a las personas a comprometerse con valentía y generosidad en el campo de la justicia y de la paz. Es una fuerza que tiene su origen en Dios, Amor eterno y Misericordioso y Verdad absoluta. No hay verdad sin amor, no hay amor si no se fundamenta en la verdad.

Ante Dios hecho Niño nos confrontamos con nuestra realidad, con nuestra pobreza, con nuestro propio camino, el que Dios  ha soñado para nosotros, para que podamos llevar su amor a muchos corazones. En ese amor, en su misericordia, queremos aprender a vivir.

El camino de Adviento es un recorrido por las esperanzas de la humanidad, buscando salvación.

 El Adviento nos invita  a la acogida, a sintonizar con esos gritos, a veces callados, otras veces explícitos, que expresan los más hondos deseos humanos de cercanía, frente a la distancia, de consuelo frente al desconsuelo, gozo frente a la tristeza o amargura, y presencia frente a soledad. Solo si somos capaces de ponernos a la escucha de esa esperanza de salvación podremos celebrar en su plenitud el misterio de la Navidad.

 

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