¡¡GAUDETE….ALÉGRATE!!

Es el Tercer Domingo de Adviento, llamado así por la primera palabra del Introito de la Misa (Gaudete, es decir, Alegraos). El Tiempo de Adviento se originó como un ayuno de cuarenta días en preparación para la Navidad, comenzando el día después de la fiesta de San Martín (12 de noviembre), de aquí que a menudo se le llamara también la «Cuaresma de San Martín» – nombre por el que el Adviento fue conocido desde el siglo V. Leer más

Hoy celebramos la Inmaculada Concepción

Inmaculada, ¡Oh concepción sin mancha de pecado!

Esta expresión indica de forma negativa la presencia de María por gracia singular en el ámbito de la santidad de Dios ya desde el primer instante de su existencia. Se trata de una verdad del misterio de la Madre de Jesús, que fue madurando en la conciencia de la Iglesia a través de un lento camino de meditación de fe y de reflexión teológica, definida solemnemente como verdad de fe por Pío IX con la bula Ineffabilis Deus del 8 de diciembre de 1854.

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Adviento: la gozosa esperanza y la vigilancia

Durante el tiempo ordinario que ya ha concluido, la Iglesia ha ido dejándose instruir por las enseñanzas de su Maestro y ha celebrado el misterio de Cristo en su totalidad. Cuando llegaba a su fin, la liturgia fue tiñéndose progresivamente de una perspectiva escatológica para concluir con la gran doxología final del año litúrgico que es el domingo de Cristo, Rey del Universo, aclamándolo como Señor de todo lo creado y del tiempo.
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